jueves, 18 de enero de 2018

El nuevo papel de las areas de TI


 
 
Hace ya algunos años, por ahí de 1985,  mientras estudiaba la carrera y apoyaba a mi papá en el negocio familiar, en una ocasión atendiendo a un grupo de clientes norteamericanos, fui testigo de una curiosidad al acompañarlos a registrarse en una cadena de hoteles orientada principalmente a viajeros de negocio.

Al llegar a este hotel, el botones que ayudo a bajar las maletas, empezó a hacer platica con ellos con un inglés roto y desgarbado pero más o menos entendible mientras nos acompañaba a la recepción, al llegar a esta, nos pidió esperar mientras iba a buscar al recepcionista para registrarlos. Después de una espera muy corta,  el recepcionista de una manera muy amable comenzó a hacer el registro de los huéspedes, comentándole a uno, que a nombre de la cadena le agradecía volver a escoger el hotel para hospedarse nuevamente durante su estancia de negocios, y asegurándole al otro que le agradecían también elegir el hotel para hospedarse por primera vez, y asegurarle que harían todo lo posible para brindarle el mejor servicio posible.

Ellos se retiraron para depositar sus pertenencias en sus respectivas habitaciones, y yo me quede en la recepción esperándolos para proseguir con las actividades del día, y en ese tiempo, me quede platicando con el recepcionista, alabando la calidad de su base de datos capaz de identificar y dar información tan precisa sobre sus huéspedes e intentando averiguar sobre que manejador de bases de datos operaba el hotel. Este solo sonrió y apunto un dedo al botones que nos atendió al llegar, diciendo que él y los otros botones, eran la base de datos, preguntándome si me fije bien en la charla que el botones sostuvo con los clientes mientras los acompañaba.

Resulto que en dicha plática ociosa, el botones fue haciendo preguntas que parecían casuales, pero que iban encaminadas a obtener información del cliente de manera dirigida mezclada con la charla casual y las recomendaciones de lugares cercanos al hotel que podrían resultar de interés para visitar. Fui testigo de un interesante y productivo proceso de ingeniería social y de manejo de información dirigido para hacer sentir al cliente que es importante para el negocio y que este se interesa por él, todo esto realizado con un uso mínimo de recursos.

Hoy en día, y principalmente gracias a las redes sociales y bases de datos de las mismas compañías, el concepto evoluciona y se convierte en el famoso “Big Data” donde pasamos de ser consumidores a ser un producto basado en nuestros gustos y preferencias, las de nuestros conocidos, zonas demográficas por las que nos movemos, actividades, conductas, nuestros comentarios, productos que consumimos, e incluso lo que publicamos u otros publican acerca de nosotros en las mismas redes sociales. La tecnología no solo se volvió disruptiva, también termino siendo invasiva, de maneras que ni el “Gran Hermano” de Orwell se hubiera imaginado.

Esto lleva a replantear los modelos de negocio existentes para garantizar la supervivencia en entornos que cada día se vuelven más altamente competitivos. Las áreas de tecnologías de la información, se vuelven cada vez más importantes, viéndose cada día mas involucradas con las áreas sustantivas. Ya no deben considerarse como simples áreas de soporte, pues hoy son protagónicas con muy alto valor en la planeación estratégica, y cada día,  juegan papeles más importantes en la pequeña y mediana empresa. Inclusive, asomándose cada vez más en la microempresa, que también comienza a promocionarse usando los recursos tecnológicos para posicionar sus productos de manera menos regional.

La información, se está procesando ya a velocidades formidables, alcanzando nichos de oportunidad nuevos, y a mi forma de ver las cosas, la información procesada debería ya empezarse a considerar como un activo monetizable y parte primordial de la ventaja estratégica de cualquier negocio.