miércoles, 21 de febrero de 2018
Juegos y tests de Facebook y la informacion privada a la que les damos acceso.
Me han preguntado en estos días bastante sobre el tema del reportaje sobre el juego de Facebook y de la información privada. Sobre este tema, creo que muchos no han entendido bien el modelo de negocio de esta red social.
Facebook, es un negocio, y como tal, su misión es hacer dinero- ¿como lo hacen? básicamente, es una plataforma de marketing dirigido, y como tal, tanto Facebook como los famosos juegos aprovechan nuestra información de diversas formas. Los juegos no toman la información que se podría calificar de sensible.
Efectivamente, toman quienes son nuestros contactos y nuestras fechas de nacimiento. La manera de trabajar esta información es el truco de la red, usan estos datos para crear grupos objetivo, nuestros amigos, generalmente ya están segmentados (en su mayoría) por pertenecer a grupos económico-sociales similares, como individuos dentro de un rango de edades similar al nuestro, con intereses parecidos, incluso, con niveles culturales similares al nuestro. Claro, hay excepciones, desviaciones estándar en nuestros grupos de amigos, pero esas desviaciones de la media, son fácilmente procesadas por el sistema.
Atrás de Facebook, en la parte que como usuarios no vemos, se encuentra una Inteligencia Artificial (AI), esta va analizando a qué tipo de publicaciones le vamos dando Like (o nos divierten, ponen tristes, nos enojan) y esa información, se va cruzando con la de nuestros conocidos, que nos gusta como grupo, que nos disgusta, a que somos indiferentes) y en base a eso, se le vende a diversas empresas de publicidad, la información, y si, hasta a lo que no le damos like, habla de nosotros bastante, le indica al sistema a que somos indiferentes.
Los juegos, simplemente van llenando los huecos que no contempla Facebook, ¿se han fijado lo básicas que son las preguntas sobre geografía, historia o arte? Tal vez, incluyan una o dos preguntas difíciles, yo personalmente, no me siento un genio cuando saco un 10 en uno de estos test de “solo el 1% de la población es capaz de distinguir entre la imagen de un burrito de frijoles y un filete a la parrilla” vamos, pican nuestro orgullo para contestar su encuesta particular.
Por otro lado, también existen los verdaderos riesgos de seguridad, ofertas increíblemente imposibles, como la del iPhone x a solo $1 peso, o aerolíneas ofreciendo boletos con el 99.99% de descuento, aquí, es cuestión de aplicar un poco de sentido común. Si suena demasiado bueno para ser verdad, generalmente no es cierto, no nos dejemos engañar tan fácil, piénsenlo, nadie regala un producto Premium de su inventario a todos los que respondan un mensaje a cambio de que le den su número de tarjeta y pin de seguridad para pagar el envió.
Otro riesgo latente, son las páginas que nos invitan a dar click, presentando un x número de datos curioso o poco conocido, y que cuando lo hacemos, nos mandan a una página que nos va presentando página por página solo uno de esos datos. Estos sitios, se manejan por publicidad pagada por número de visitas y anuncios presentados, es natural que intenten maximizar sus ingresos forzándonos a visitar el máximo de páginas para tener mayor exposición publicitaria, pero el riesgo, es que muchos de los sitios, o la publicidad que presentan, pueden estar infectados por troyanos o exploits de seguridad, yo por regla general, no los abro, y si lo hago por error, los cierro inmediatamente.
En resumen, no se preocupen tanto porque alguien les pida acceso a sus datos mientras navegan por una red social mientras no les pidan mayor información de la que ya tienen en Facebook, mejor preocúpense por proporcionar la menor información sensible en sus perfiles en la red, y salgan corriendo cuando estas apps les pidan información verdaderamente sensible como una dirección física o una cuenta bancaria, y sobre todo, la recomendación más importante, lean las letras chiquitas antes de dar click en nada, entérense primero en que están de acuerdo y a que le dan permiso a la página para poder continuar.
martes, 6 de febrero de 2018
El fin del romance con lo digital.
Hace ya algún tiempo, me topé con un pequeño cuento corto de
Isaac Asimov, un relato nada pretencioso de no más de 3 cuartillas, pero que
presentaba un escenario fantásticamente divertido en la ciencia ficción.
Simplemente, en 1969, el más grande exponente de la ciencia ficción,
ya estaba proponiendo… ¡El regreso a las obsoletas tecnologías analógicas!
El cuento se llama “El Dispositivo Holmes-Ginsbook” y relata
como dos físicos, diseñan un dispositivo que no requiera de un visor o
permanecer encorvado frente a una pantalla para poder leer o ver fotografías, que
no desgaste la vista y este disponible para todo el mundo. Después de intentar
varias soluciones que resultan poco prácticas, uno de ellos propone un
acercamiento tridimensional al problema, apilando hojas de papel una encima de
otra para lograr un artefacto portable.
El dispositivo Holmes-Ginsbook, les merece a los inventores un premio
Nobel, se convierte en un artículo de consumo común en todos los hogares, y
para hacer el nombre corto, la gente empieza a llamarlo simplemente “Book” (Libro).
Este cuento, llego a mis manos en el 2000, nueve años después
de que saliera al mercado el primer iPod, lo leí digitalmente en una HP Jornada
548, un dispositivo que permitía, ver videos, leer e-books, escuchar música,
trabajar documentos, jugar con algunas aplicaciones hechas en flash player, y con una inversión extra de unos 25 dólares, inclusive podía tomar y almacenar fotos digitales
de razonable calidad. No necesito decir, que me hizo mucha gracia el concepto
de una vuelta a lo analógico en pleno inicio del boom del contenido digital.
Hoy parece que el romance con la conveniencia de lo digital está
terminando, muchos fotógrafos sienten que la nitidez, claridad y perfección de
lo digital y que el capturar una imagen en un solo click, sin retoques o post producción
en Photoshop, les da resultados más que sienten más personales. En la música,
el 2016, la RIAA reporto un 9,6% de mayores
ingresos en Estados Unidos por la venta de discos de vinilo que por descargas
digitales, otra vez, los motivos son sensoriales, Igual pasa con los libros,
por tercer año consecutivo, la Association of American Publishers, reporta
crecimiento en la venta de libros impresos y una disminución en la venta de libros
digitales.
A donde se mire, los obsoletos objetos analógicos están volviendo
y presentando mejores ganancias que sus versiones digitales. Cuadernos, lápices,
cámaras fotográficas, juegos de mesa, Incluso Google, el gigante tecnológico,
le pide a sus diseñadores, que al menos durante la primer etapa de sus
proyectos, propongan sus ideas plasmadas con pluma sobre papel, al parecer,
esto da como resultado mejores ideas que las que se proponen desde el inicio en
la pantalla.
Curiosamente, uno pensaría que el motor de esto, es la
nostalgia por lo antiguo, pero los principales impulsores de este cambio, están
siendo los milenials. Las generaciones que están redescubriendo estas tecnologías,
son las que nunca tuvieron un tornamesa para tocar discos, y que encuentran
fascinante que una aguja rozando una simple superficie de plástico, pueda
reproducir sonidos tan fieles. Más que una tecnología, están descubriendo como
una actividad simple, como leer un libro, se convierte en algo muy sensorial, están
comprando libros porque estimulan casi todos los sentidos, el olor dulzón del
papel y el pegamento, la vista del diseño de la portada, el peso de las páginas
y el sonido que estas hacen al cambiarlas.
Lo analógico, presenta un canal ideal para la interacción de
las personas, la dinámica de un profesor dando clases en un salón físico, ha
sido resilente a la educación digital, probando que es más efectiva con el
estudiante. Lo digital es fantástico para transmitir información pura, pero no
supera la relación del profesor con los alumnos o la de estos con sus
compañeros. Lo digital tiene una lógica binaria encerrada en un espacio
discreto que dentro de sus acotaciones, ignora la complejidad del vivir en un mundo
real y todos sus matices. Si bien, la construcción de relaciones que hemos
hecho por medio de las redes sociales, es una ventaja que nos permite comunicarnos
con familiares, amigos o seguidores de manera rápida y eficaz, compartiendo ideas,
actividades o sentimientos, pero que también nos priva los otros sentidos.
Por primera vez, estamos ante la decisión de como equilibrar
el mundo digital con el analógico, pues el mundo digital, ha probado ser
demasiado intrusivo con nuestra privacidad. Estamos dando un paso al frente en
lo que respecta a equilibrar nuestra relación con la tecnología y entre
nosotros mismos.
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